lunes, 5 de julio de 2010

Aire.


Uno macera la nariz contra una piedra de oxigeno. Contiene el polvo que se alza sobre el espejismo de la vida –estar vivo es un prejuicio fácilmente superable.  Disuelve el vapor que va quedando de la lluvia.
Uno ve el contorno de la nada que despeja el horizonte. Siente cuando el ala soporta una tonelada de pájaros húmedos. Asiste a la hoja, cuando se vuelve un violín, desesperadamente verde. Empuja a la flor para ser fecundada.

(El viento es un pleonasmo de la respiración y el suspiro. Por él se cuela el tedio de la invisibilidad. El horizonte se despeja, aunque en realidad se despoja de todo.)

Aire inmóvil, forma simple que la soga atrapa en la garganta, hay ojos ya perdidos en un paisaje de muerte.
Mirada del fin. Tu último respiro. El primero que no es mío. 

3 comentarios:

Bio México dijo...

veo tu muerte en la que mueres por querer y al mismo tiempo me veo morir por no volver a querer. saludos :)

La Otra Maja dijo...

Me gustó mucho.
Un abrazo

Aquí su pendejo dijo...

Gracias por el aire. Esta asfixia sonríe.