jueves, 31 de diciembre de 2009

Piensos de fin de año...

  • La virtud del materialismo consiste en su tensión y contradicciones; la llamada "izquierda" produjo tantas subespecies ideológicas que hoy en día un político progresista suple a la perfección a un bufón.
  • Mi idea de existencialismo es la de una progenie de merolicos afortunados que lograron quitarle las escamas al pez, más no las espinas.
  • Los escolásticos funcionaron en la medida en que la noción de albedrío seguía fungiendo como trampa de la fe; luego llegó Sarte.
  • Al eterno retorno Nietzscheano le sobran retornos y le falta lo eterno; caricatura de la repetición; vicio de la regeneración.
  • A la idea del "salto" en Kierkeggard, le falta el trampolín furioso de Cioran. 



  • No hay rincones secretos; hay secretos arrinconados; el mundo fue plagiado del inframundo, la costilla del universo arrancada por el azar.
  • Tarde o temprano, la violencia simbólica tendrá su respuesta no simbólica, sino frontal. Entonces sí, la barbarie.

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Cioran para indecisos...

El mundo ha aprendido más por la crueldad que por el amor. Frente a la ilusión no debes tener piedad, ni mostrar conmiseración; hay que ser implacable, vengar la ingenuidad a golpe de evidencias. Por tanto, siempre habrá un antes y un después de leer a Cioran; no por fidelidad a Su pensamiento, sino por amor al método de pensar con martillo. Golpear con ideas. Desmenuzar hasta llegar a la raíz del absurdo. Sin la lectura de Cioran, seguramente habría sido un mono educado; un bípedo ingenuo aplaudiendo y babeando ante el show de la existencia. Cada palabra de Cioran, ha sido una campanada dulce en mis tímpanos, otrora secuestrados por la ilusión de la vida; llamado a una vocación solitaria y grave.

Cioran: música de palabras para oídos renuentes a aceptar su condición efímera.

martes, 29 de diciembre de 2009

el dilema virtual

No basta la racionalidad, entender es relativamente fácil, pero ¿cómo comprender sin habitar, sin oler, sin tocar? ¿Puede el dedo imprimir una lágrima, una sonrisa, megabytes de odio o felicidad a la velocidad de la banda ancha? El signo se borra en el teclado y uno sabe de memoria como localizarlo, pero ¿ha logrado su transmisión? ¿sorprende, interroga, provoca?

¿Cuándo tu rostro se descompone en pixeles y expone su irrealidad, la ausencia de un aliento, la monótona inflexibilidad de un gesto helado? ¿Cuándo te conviertes en spam, en virus, en impulso electrónico y dejas de ser una vida?

¿cómo sentir el estornudo entre pantallas, cómo apantallarse en un pequeño cuadro, cómo desdoblar el holograma de la sonrisa y que sea real? Intensidad mediada; información mediatizada, pero ¿qué es lo que realmente está pasando? un software enquistado en una pantalla de leds . El dedo índice nos actualiza en el anonimato; cada red social es un paso hacia la fuga y la desesperación mutua y no un tejido vivo. Sentimos que sentimos: pena, paz, solidaridad, compromiso; pero ningún byte nos rescata de la distancia y la pena que esa distancia comporta

Habitamos en la letra, no en la palabra; habitamos un mundo binario donde no cabe la polarización, sino el espejismo de la pasión 


La pregunta de la era no es dónde estamos, sino cómo sentimos el extravío. La soledad avanza por el mundo a pasos agigantados; no hay dolor, hay en todo caso, simulación generalizada; he ahí la promesa de lo virtual.

lunes, 28 de diciembre de 2009

caminante

Caminar es producir una metamorfosis donde el pasado toma un lugar distante y al mismo tiempo cercano pero donde la constante es la ausencia. Para el caminante, la reconstrucción muta en deconstrucción; el edificio del ser se diluye en la nostalgia; sucumbe, se desploma cual ave. 
El caminante se apropia de un mundo de fantasmas donde los vivos son la escenografía q se desmonta a cada paso. No importan, ni importaron.
No hay nada mejor que caminar cuando el sol se va poniendo. El ocaso es una cumbre fotográfica q capta la esencia de la tristeza; la partida. A cámara lenta, el peatón reproduce historias sin autor; efecto punzante y melancólico; zarpazo de un tigre confuso, traslúcido que se marcha. 
Hemos impregnado cada espacio con algo de nosotros y el espacio responde a golpe de colores, olores, sonidos, formas: ausencias implacables. Para el caminante, el paisaje es un manantial que permite llegar al fondo de todo; el vértigo de la mirada se vuelca al interior: el flash. Cuando caminamos, aúllan los sentidos; el peatón es una variable inobjetable de la relatividad del tiempo; una donde la vida escurre, gotea. Al final, caminar es un método cruel para producir recuerdos, ideas y uno eficaz para reproducir la existencia.

domingo, 27 de diciembre de 2009

Aun no desarrollo la suficiente sensibilidad para postrarme ante el artificio. Pertenezco al desencanto. Aborrezco la celebracion espontanea de la mediocridad. Defino la creación y la cultura como heridas supurantes del subdesarrollo. No puedo sino burlarme de esa casta mal alimentada de la comunidad cultural, ensimismada en su pobre misión de autoengañarse a si misma desde el ciclo ciego de producción y autoconsumo de sus miserias. Me declaro detractor de su entusiasmo, de su capacidad de reciclar discursos tardíos.

fuck them...!

sábado, 26 de diciembre de 2009

Grinch

No quiero el eco que se escurre insólito y tibio. No quiero el molde para ajustar la talla de mis zapatos. No quiero un idioma común, ni uno inventado donde poner palabras tristes. No quiero la simulación de un encuentro. No quiero causas y detesto los efectos. No quiero usar un tendedero para colgar las añoranzas. No quiero inaugura una galería de posibilidades. No quiero un futuro. No quiero un pasado.

Sólo quiero estar quieto y que nadie se acerque.

viernes, 25 de diciembre de 2009

consecuencias de ver la película "El aro"

se encontró a estos tres despojos humanos en esta posición; se dice que llevan así años; otra hipótesis sugiere que se trata de una reacción provocada por tanta cursilería navideña.
juzgue usted.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Des-ti-no

Cuerda de tiempo que nadie puede desanudar. Horca disfrazada de paz. Silencio creador de montañas. Precipicio sutil donde la noche escala hasta tu rostro. Cada respiro es una elucubración. La punta de la sospecha alza su penacho. La duda flota como hielo. La sensación punzante –el aguijón– de lo terrible. Nada está lejos, ni cerca. La morusa de la vida; el migajón de la existencia. Hansel y Gretel acuchillados por un lobo triste. Nada viene y nada va. Si digo mañana será ayer. Horma del caracol, un mismo punto, un mismo instante; galaxia que avisa del giro, respiro de la materia oscura; vórtice que engulle, nirvana alimentado; espirales con brazos de hacha, universo destazado.

Imaginar es perder la fe en la verdad. Que todo sea, contigo, sin ti o a pesar de ti. Y los sueños, y los sueños... esas cosechas de vacío. También son destino por tanto tampoco sucedieron.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

los verdaderos "otros"

Los verdaderos "otros" cuando nos piden un cigarro damos la muerte. Regresamos al edén sólo para mirar de frente los ojos vacios de la serpiente. Cuando brindamos lo hacemos con la copa llena de veneno. Estamos en el mundo pero vivimos fuera de él. Nada sabemos de la tentación, somos el pecado en su estado mas puro. Nos camuflamos igual entre vivos q entre muertos. Somos el eslabón metafísico perdido. El rumor de lo que alguna vez fue vida, idea. Somos lo que jamás existirá. Los verdaderos otros nos tomamos fotografías con ilusiones ópticas. Miramos de reojo sin sentir dolor por nuestra sombra. Pisamos firme sobre la nube. Caminamos sobre el agua. Domesticamos las tormentas. Los verdaderos "otros" somos sublimes y muy pocos nos entienden. Quizá sea nuestro destino ser así, pero algo es seguro, nuestro siguiente paso es ser "el gran ninguno"

martes, 22 de diciembre de 2009

perfección...

No debí salir de la placenta. Debí quedarme en la sombra amniótica de un sueño. Debí invernar bajo las uñas del oso. Debí ser pura raíz y seguir mi curso tierra adentro. Debí ser el corazón de la roca luego de romper el ventanal de la noche. Debí burlar a los guardias de dios y no salir del limbo. Debí reinar a la diestra del zorro. Debí lamer las paredes heladas de un búnker. Debí tener los ojos firmes de una escotilla. Debí ser la sangre corriendo por la coladera del crimen. Debí festejar los años olvidados en vez de festejar los vividos. Debí quedarme quieto en las uñas del glaciar. Debí vendar el alma para que todo fuese un choque ciego. Debí perder más de lo que perdí. Debí simular no hacerlo. Debí hacer de cuenta que alguna vez contó. Debí torcer cada árbol para que su sombra barnizara la ausencia.

Debí hacer tantas cosas, pero todo era perfecto y debía morir.

lunes, 21 de diciembre de 2009

de cuando en cuando...

Cuando llegas al límite de la piedad pero no has llegado al límite del odio te vuelves pusilánime, vil: trashumas desperdigando mediocridad. Cuando al leer al otro redefines la miseria; la supuesta alegría que defeca pasa ser una alergia mental, un espasmo cerebral: ultimátum de la especie. Cuando el frío deja sus zapatos y asciende hasta el alma, seguimos mirando hacia arriba, nunca hacia abajo; pensar es estar en esa cumbre. Cuando caemos en la trampa del asombro y lo dado se torna extraordinario, la proximidad o lejanía de la muerte exclama pena o regocijo. Cuando aparecer es perfeccionar la ausencia y la ausencia es la perfección de la soledad, el mundo instaura su nueva piel: anverso y envés. Cuando el entorno es una pieza suelta del rompecabezas y cada objeto se rinde ante la horma: estar perdido es una gracia única, insoslayable. Cuando el ruido es una forma articulada de fuga, una red que integra los silencios traicionados: callar es un arte y una bendición necesaria. 
Cuando el desierto se convierte en norma óptica y el paisaje es un conjunto hemipléjico ilimitado y los otros son el gran ninguno: nace el espejismo. Cuando observas a las miniaturas bricar entre las raíces sin levantar la vista hacia las ramas: justicia divina nos asiste. Cuando los absolutos se deprimen y los relativos se exprimen, los medios oprimen el botón de emergencia, pero eso tampoco ha funcionado: desencanto. Cuando la esquizofrenia existencial crea el falso dilema de ser y no ser, Hamlet refrenda su papel de payaso y el hombre su rol de parodia: inercia.

De cuando en cuando sucede todo lo contrario.

domingo, 20 de diciembre de 2009

chau 2009

que la espiral sea círculo y acaricie el borde del tiempo
que llegue al fondo
que sea una película rodando la misma imagen indefinida
que el tiempo sea una taza redonda
donde nadar en un charquito de ca-fé
que sepas contar los años
antes de que se acabe este segundo
y te sientas viejo
que tus dientes se caigan
que nadie te sueñe
que no seas el engrane que empuja la molienda
que tengas otro tú esperando en el bolsillo del llanto
que le apuestes al caballo que siempre ganará
que comas un baguel con queso y fresa
que puedas servirte una fogata y cuidarla antes que muera
que hagas lo tuyo
que lo de todos no te deshaga
que aprendas a volver
y que olvides la forma marcharte
que duelas

viernes, 18 de diciembre de 2009

despojos..

  • Un niño enfermo es la imagen de un mundo infeliz; mientras un niño saludable es la promesa de su depredación.
  • Basta un anciano pordiosero para borrar el concepto de civilización de los libros. Nuestra vida significa la muerte del planeta.
  • Nuestro corazón es una lanza que atraviesa otra lanza, del amor vendrá la muerte a buscarnos.
  • La belleza fue el premio de la humillación y no un camino a la verdad y lo bueno. Las ideas morirán en nuestra lengua.
  • No hay planta que sostenga el fruto del progreso, pero tampoco habrá costumbre que eleve nuestra condición.
  • Nuestro destino está sellado: voluntad de poder. La ambición conquista mientras la piedad arruina.
  • Ser parte de, en esa colisión eterna contra los que también son parte de. Ser parte de algo, aunque ese algo sea nada. Ser parte porque la soledad te quema.
  • Pensar es ver al mundo desde el desgarramiento.
  • La diferencia entre ser y no ser, radica en el grado de consternación que cualquiera de ellas te produzca.
  • Amar la paz, aunque ello implique mutilar nuestra esencia.
  • La plenitud es un vacío engañado.
  • Asesenos.
  • El cuerpo es un recipiente biodegradable.

jueves, 17 de diciembre de 2009

En esta esquina sin batallas busco la pinza que estruje el tiempo. Sorbo la complejidad de la miseria. He sido dueño de palabras que valen nada y dicen todo. He sido espejo. He sido raya. El mundo es un lugar azul, esa es su distancia. Acá abajo la maleza se eriza, renueva sus espinas. Siempre habrá un lugar secreto para afilarse las uñas. Un aparador, una estancia, un simulacro utilitario de paz. Yo lo tengo en el aire y respirar es prepararme para el vuelo. La esperanza es una ojiva que detona lento, pero destruye todo.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

cada destierro, la itinerancia. el éxodo es lo que deja el alma en el vaivén de la historia. cada palabra es una migración controlada, un despojo donde el aire se vuelve una retícula que atrapa el silencio. la oquedad del viento es extraterritorial, zona de trasvase y fuga. ¿dónde habitas? el corazón es la esencia del exilio, cada latido es un paso, la sangre es un curso indefinido que aguarda su desembocadura, pero el tiempo es un dique. hay que atravesarlo.

martes, 15 de diciembre de 2009

diacronía

Antes de la piel, el pigmento de lo eterno. Pellizcos en la mirada. Contusiones de solaz guacamaya urbana. El amanecer es un timbre postal, tarjeta sin destinatario que viaja sin llegar. En la horma del cisne, lo blanco es inquietud. Bate alas, bate balas; un minuto de silencio, un callejón con rostro de paredón, el destino tejiendo un manto de sepulcros: diacronía.

lunes, 14 de diciembre de 2009

la hora violenta

Esta hora es la extensión de la violencia. Instante mismo que impregna de humanidad al mundo. Espacio concentrador de la ruindad pasiva con que cerramos la puerta y nos echamos a dormir. Estar alerta tampoco sirve, la conciencia terminará matándote, pero ¿no es preferible la cicuta al cáncer? En el lento delirio de la permanencia, la duración se torna un lastre superado. Bendito aquel que vive por inercia. Del respiro a la tumba sólo hay un segundo donde cesa la lucidez y morir es un acto desinteresado. La amnesia, ese ensayo de gran fecundidad, nos guía hacia una puerta de insomne dulzura. Ahí rasgas, ahí rascas el tiempo, ahí arañas paredes de nada. Esa sensación instruye a la vida a corregirse a sí misma: no más engaños, te has ido de ti para siempre.

sábado, 12 de diciembre de 2009

breve en tres zarpazos

I

Mi paz proviene de saber que detrás de lo humano nunca hubo ni habrá magia ni secretos. Mi mayor lucidez es saber que en tal planicie todo se resbala. El abismo y la trascendencia pertenecen a un mismo protocolo. Ante tanta transparencia es fácil apreciar en toda su magnitud los rituales de decadencia y saber que mi fe en la vida se convirtió en secreta demencia, magia conjurada y que mi distancia con el hombre de ayer, de hoy y el de siempre está zanjada de raíz.

II

Y ahí vamos en el agua triste del delirio, despojando el sedimento, mordiendo la raíz del vómito. No es casual que un día despertemos bajo preguntas y el frío nos envuelva y devuelva al ovillo.

III

No hay razón suficiente para calmar el apetito humano; una compulsión innata le guía hacia la inacción desde la acción.

viernes, 11 de diciembre de 2009

texto redundante y qué les importa....

La distancia es la distorsión del tiempo-espacio. No importa la velocidad a que se viaje cuando cada ser humano es una medida de tiempo. La realidad es un anhelo y un vestigio. Anhelo por encontrar un consuelo mutuo en la inevitable línea que nos ata al instante. Vestigio también de dicha imposibilidad. El tiempo social es medido por el desfase. El tiempo laboral es la muerte del tiempo. La intimidad es el zumo tiempo. El tiempo social es estético. El laboral ético y el íntimo trascendente. El tiempo social y el laboral son utilitarios. El tiempo íntimo tiene una dimensión ético-moral. Bastan unos pocos kilómetros para que la realidad se convierta en mentira. A veces, unos pocos metros. La constante es la misma: diacronía. Los abismos no son riqueza, son dolor. El tiempo-espacio entre dos hombres conjuga sus dolores. Esa es la esencia de la alteridad: interactuar desde las heridas. Las heridas son las huellas que conforman el historicismo; la historia es su negación, de ahí la obstinación por la universalidad, por los grandes rasgos anecdóticos, y por la veneración de la monumentalidad de ciertos eventos ¿cómo se rompe el hechizo? El destino de la masa ha de ser el anonimato; la intimidad ignorada alberga su propio monstruo y construye su altar al pie del otro ¡queremos existir! Pero la existencia es un trance solitario. De esa paradoja –parajoda– viene todo: la continuidad, la resignación. El presente jamás será un tiempo histórico, a lo mucho es lo que pasa. El pasado crea la ilusión del heroísmo. Amar la historia es un romanticismo. Nadie puede amar lo que no es. La historia es el odio presente, el lodo que percude cada uno de nuestros instantes: eso es lo que hay. La glorificación es un ejercicio engañoso, una trampa inmoral en la que irracionalmente le rendimos un culto a lo que nos mata. A diferencia de Dios, no se puede amar la historia. Los decepcionados están curados. Los ilusos perdidos. La esperanza es una enfermedad que viene del futuro. La desesperanza es la religión del pasado. El presente es la tensión entre ambos males.

jueves, 10 de diciembre de 2009

contra la idea de reencarnación

La reencarnación suena a carnicería. Por sí mismo el ser humano es un bicho asqueroso, un pervertido envuelto en el celofán de la civilización. La filosofía de la reencarnación es una mala metáfora del infierno. Tu castigo será volver en el cuerpo de un burro; estoy seguro que para algunos esa será su mayor gloria. No hay peor resignación que la de un “más allá” en cualquiera de sus modalidades; un remilgo de expiación que pretenda recomponer lo que la vida no dio. Quizá por eso a algunos les funciona el aislamiento y la renuncia. Asumen con ello la verdad detrás del espejo: en el reflejo el deseo actúa como desolación, todo es tan cierto que es preferible ahogarse en la propia sombra, ser la memoria de lo que pudo ser, el congelamiento radical de la naturaleza. La negación del monje afirma el mundo por oposición y niega el monje en su desolación. Gran mentira predicar sin vivir y peor aún predicar en contra de la vida.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

sabiduría de botiquín

Deja que la piedra duerma en su dureza. Permite a la astilla entrar sin dolor. Urge a la flama a abrasarlo todo. Observa al sol en su travesía suicida. Mantente detrás del muro que cae oscuro y sigiloso. Prueba la muerte mientras vivas, te hará eterno mientras dures. Despeja el alma, es la tierra del cuerpo. Sé como el sepulcro: mira directo al cielo. Imita la tenacidad del átomo. No dudes, tampoco afirmes. La contemplación es la paradoja de la interiorización: mientras más afuera mires, más adentro llegarás de ti mismo. Toma en tus manos la promesa de un vacío: llenarás más vidas en la medida en que lo falso se vacía. Nos busques el brillo, quedarás cegado. Sé como las estrellas, la distancia las dota de intermitencia, pero ellas arden sin pausa y para sí mismas.

martes, 8 de diciembre de 2009

potencia y acto

Encierra en un dedo el invierno para que tocar sea frío; vende tu cuerpo a la ausencia, ahí brilla el oro gris del anhelo; despeja el camino que lleva a la palabra a ser presencia: preséntate; escapa del silencio de un deseo: el deseo; olvida el nombre de las calles y renombra tu extravío; endulza con sueños el café y duerme despierto; reposa en el olvido mientras meces el recuerdo; cocina a fuego lento el hambre de ser otro y cúrate esa cruda; sé delicado frente al espejo e implacable frente a la pupila; ama a tu fantasma como te odias a ti mismo; gira, en ello radica la ilusión del movimiento y su inutilidad; canta, brinca, vuélvete el chivo expiatorio de tu realidad, uno que ríe sin mostrar el colmillo, que nada expía, efervescencia.

lunes, 7 de diciembre de 2009

eso es todo.

Un salto al vacío, fuga centrípeta del alma. El calor y la fusión, confusión de la piel. El cielo es un sistema de hielo sudado. Las alas del diablo son escamas de ángeles dormidos. No hay rodilla suficiente para hincarse ante la nada. No hay palabras para embellecer el sueño. La suerte ha de ser un borde de la voluntad. Cada idilio conforma un silogismo y no una esperanza. En la comisura del tiempo la inmovilidad anida discreta, la palabra juega a ser un acento del espíritu, el fuego es ciego, la luz ingenua. El tiempo es la vida que se desprende de a poco y nosotros somos el tiempo inquieto que la vida deja pasar. Y eso es todo.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Chapala

este es un mar hundido en el cielo. una vitrina gris y profunda que oculta al mundo y refleja el universo interior: sustancia inabarcable con una sola mirada. es domingo.

viernes, 4 de diciembre de 2009

encarnación del mal

Seré la noción más terrible, el Hiroshima y Nagasaki de tus brazos; un caballo de Troya; la quinta columna que destruye lo más puro. De Aamon a Baphomet sintetizo la maldad; las heridas del mundo vienen de mi corazón. Entiendo que por eso mi existencia es grotesca, aberrante y demás. Entiendo pues que las almas inmaculadas jueguen billar en un casino del cielo. Y los ángeles y arcángeles me vean, me escupan y se vayan de mí.

jueves, 3 de diciembre de 2009

trampa


Hay una paz artificial, hija del sonambulismo, efecto de la sombra, disfraz de la alborada. Hay una paz que inverna en un falso diciembre; la quietud de la nieve oculta la avalancha: fruta de aparador, descarga de muerte. La guerra en su esplendor. El engaño consumado. La verdad descubierta detrás del carnaval. Nada hay aquí que dibuje un firmamento. El desierto se afirma en su fugacidad. La costumbre de aspirar el polvo y la aridez. El paso de la tormenta anuncia desaparición; los escombros, penumbras.

Vivir es caer en una trampa.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

siempre y nunca

Siempre y nunca suenan igual: a nudo en la garganta. El casi, augura interregnos. La eternidad es un prolegómeno atascado en la pluma. El instante es el lobo del hombre. El segundo, un ave de rapiña. En cada vértebra del tiempo se fractura la fe, se factura la desesperanza ¿Quién se atreve a contar una historia sin congelarla? La muerte es dios entrando en la vida. Antes nada: la pausa donde quedas a merced de la bala. El sonido que produce la pisada de tu sombra. El ungüento que embalsama tu corazón muerto. ¿Cuándo naciste? Preguntas, acaso respondas “tal día”, sabré que no has nacido. Se nace luego de vencer el prejuicio de existir. Y quizá hayas escuchado decir “yo sí existo” pero la materia sólo es evidencia de corrupción. Entonces buscarás allá, donde el vacío electriza la imperfección y afirmes “soy” pero ¿acaso la nada no es? Y después de eso, sólo después de eso quizá nazcas y puedas decir siempre, nunca, casi.

Quizá.

martes, 1 de diciembre de 2009

Cómo llegar al silencio...

Sin hacer ruido. De preferencia descalzo. De día o de noche, pero siempre encaramado a una sombra. A paso de hormiga. Por la frontera oeste. Tintineando. Sin apretar la mandíbula. Sereno. Con los ojos bien abiertos. Sin pestañear.

Se llega de a poco. Con la piel colgando de un gancho. Gramo por gramo. Centímetro a centímetro. Amontonándose en un rincón o detrás de la puerta. Cerrando bien las cortinas y las llaves de paso.

Se llega con sed de palabras. Con agujeros por donde escapa el alma. A veces sin intención. Por destino manifiesto. Se llega mintiéndole al grito interior. Se llega estampando una firma. Se llega en los poros que sangran y en las papilas gustativas.

Se llega aún cuando ya se estaba ahí. Anticipadamente. Como recuerdo. Se llega como plegaria y por norma oficial mexicana. Se llega a solas y sin descanso. Se llega por que se ha de llegar.

Se llega íntimamente. En los álbumes de fotografías. En los discos. En las películas. En el sorbo de té. En el soborno del tequila. En el acto repugnante de callar. En el acto sombrío de despertar. Sin coincidencia y con obediencia. Con habitaciones vacías. Sin inteligencia. A mordidas. Sin un peso. En lunes.

Y se llega, mientras todos hablan y miran y tú sabes que quizá no salgas de ahí, ni siquiera para decir adiós.