jueves, 24 de diciembre de 2009

Des-ti-no

Cuerda de tiempo que nadie puede desanudar. Horca disfrazada de paz. Silencio creador de montañas. Precipicio sutil donde la noche escala hasta tu rostro. Cada respiro es una elucubración. La punta de la sospecha alza su penacho. La duda flota como hielo. La sensación punzante –el aguijón– de lo terrible. Nada está lejos, ni cerca. La morusa de la vida; el migajón de la existencia. Hansel y Gretel acuchillados por un lobo triste. Nada viene y nada va. Si digo mañana será ayer. Horma del caracol, un mismo punto, un mismo instante; galaxia que avisa del giro, respiro de la materia oscura; vórtice que engulle, nirvana alimentado; espirales con brazos de hacha, universo destazado.

Imaginar es perder la fe en la verdad. Que todo sea, contigo, sin ti o a pesar de ti. Y los sueños, y los sueños... esas cosechas de vacío. También son destino por tanto tampoco sucedieron.

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