lunes, 19 de octubre de 2009

el mito y los carbohidratos

Imagino a Goliat inmerso en una tina de barbitúricos. A Job leyendo una y otra vez el manual del perfecto idiota. Sueño con Babilonia al tiempo en que reconstruyo el mapa de las hermanas Sodoma y Gomorra. Proyecto un Abraham enclenque, destinado a la corrosión y al dolor. Siento la antigüedad más allá del himen roto, por abajo de las uñas, como una leyenda grisácea. El mito y la condena son eslabones de una misma cadena. Mi puño cercenado se eleva feliz hacia esclavitudes altas en colesterol. La utopía es terreno pragmático y el sueño un pañuelo desechable.

1 comentario:

Adrián Naranjo dijo...

Duro contra el Viejo Testamento.
A mi tampoco me gusta.
Abrazo petiforro.