sábado, 12 de septiembre de 2009

sobre las ventanas

Descorre esa cortina, deja que salgan por ella los pájaros asustados, los otoños comprimidos en la hielera, los soles dinamitados al pulsar el interruptor.

Intenta sentir el firmamento que se asoma. No es el mismo de ayer, ni será el mismo mañana. Pese a todo, seguirá siendo el telón de fondo donde nadie nos observa.

Ábrela de par en par, a las ventanas les gusta esa sensación de piernas abiertas donde el aire las penetra una y otra vez. Permite que escapen por ahí nuestros demonios. La belleza de la vida consiste en que cada respiro es un parto y un comienzo y también un final y un olvido.

El amor no sale por la ventana, ni se asoma por ella, es la ventana misma desde la cual miramos ¿qué tan lejos o cerca nos hallamos de su horizonte?

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