jueves, 3 de septiembre de 2009

Sobre la virtud de ser mediocre

Las creaturas más desesperadas buscan también ser las más destacadas, de ahí que el reino de la mediocridad sea lo más parecido a la discreción y a su vez, ésta, tienda a parecerse a la vida eterna. Todo buen humano debe anhelar un paraíso sin prisas, demandas, ni contratiempos, donde la paz interior imite a la paz del sepulcro, o es que acaso ¿el espíritu ha de precipitarse irreversiblemente en ese abismo apantallante de la presencia transformada en aparición? Cierta calaña de solitarios regurgitan en la sombra sus mejores bocados, ante la impávida reacción de un mundo diseñado para ignorarles.

Ni como ayudarles.

2 comentarios:

Adrián Naranjo dijo...

Y como no sentirme aludido!
che gracias por recordarme mi abandono
Abrazos!

Aquí su pendejo dijo...

no, no boludo..
ayer leí a un tipo que según él se siente políglota, que según él es modelo de virtud ciudadana y cosas así y agrrr me dio tanto enojo...
porque en el fondo su desesperación radica en que todos sus atributos no lograrán sacarlo de la soledad; frente a ello, es preferible la medianía....