martes, 3 de agosto de 2010

Fusilamiento

Hay claves que nomás no. Número intachables que aparecen bajo la piel. Días que, uno sabe, no nos viven. Señales surgidas del aliento infalible de la vida. Destinos en los que uno cruza en luz amarilla. Trazos perspicaces de nubes irredentas. Esquinas que no nos esquinan, que abren bahías, bocas y ensenadas. La vida es lo de menos. La vida es algo que hay que permitir -siempre y cuando, el viviente tenga los ojos abiertos. 
De vez en cuando abro los ojos. De vez en cuando, lo que veo también me mira. Se queda frente a mí, sonríe y sin dudarlo se transforma en cielo.
En esos en cuando, dicto la sentencia y te lo pido: fusílame con esa boca tuya.