domingo, 6 de junio de 2010

Ese de ahí

Ese de ahí no era yo. Era él en Recoleta, durante un verano que ardió Troya. Ese día leí a Zigmun Bauman: el amor líquido. Tirado en el césped, descalzo. Bebía un café y fumaba Gauloises rubios y todo me lloraba. Había aprendido a caminar bajo mi propio Berlín. Besé cada uno de los ladrillos que había martillado. Me dejé inventar por la ausencia y el olvido.
Ese de ahí, me anda buscando. No le digan que volví.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Es usted un hermoso!, no le diga que yo le dije...

Aquí su pendejo dijo...

No lo haré. Ni Recoleta, ni la nostalgia que literalmente me consume.

La Otra Maja dijo...

Imposible no decirlo
que majo!
disculpe usted...

Aquí su pendejo dijo...

Májame dios..!
saludos

Bio México dijo...

Zigmun Bauman..genial!
...Besé cada uno de los ladrillos que había martillado. Me dejé inventar por la ausencia y el olvido.
Me agrada.