viernes, 14 de mayo de 2010

Quedo.


Lo raudo que pasa el silencio en su triciclo. La mañana que sale de las manos del sol, es humo de luz. El olor embrujado del tiempo a nadie hechiza. Los ruidos hacen a la ciudad un alarido desconcertante. Hay que taparse de pies a cabeza para seguir siendo una pieza viva.  
El café camina hacia al centro neurálgico de los sentidos. Los rastros de vida se unen en torno al instante. La piel es insólita: huella de nada. El tacto es efímero: reflejo donde no. Las sensaciones son inéditas: viento de sí.
Pienso en la vida de un viernes que no tendría por qué ser tal: mero devenir. Al final eso es todo. Eso es lo que pasa. Lo que no queda del quedar.

                                                              Quedo. 

2 comentarios:

La Otra Maja dijo...

La piel es insólita:huella de nada.

Me quedo pensando.
Quedo de usted agradecida.

Saludos

Aquí su pendejo dijo...

Saludos de Mink.