Este
abismo tiene cada uno de mis rasgos. El rostro rompe momentáneamente el
anonimato, de ahí surges y vuelves a la nada, a la bruma digital, o a la
inmensa crujía de los unos y los ceros.
Este
abismo tiene mis manos. Los dedos rompen momentáneamente la ausencia, advierten
y constatan el ir y venir de lo sensual al vacío. Manos que se devuelven al
hueso. Manos que avanzan a la bruma.
El
abismo es un cielo reversible y revertido. Las nubes asisten de otro modo. Las
montañas se han precipitado y lucen cóncavas. La línea del horizonte dobla las
rodillas. Lo paralelo y lo equidistante beben en lo intermedio. Equilibrio
insospechado. Laguna de vidrio. Ombligo considerado derramado.
Este
abismo presagia que allá al fondo, amanecer es redimir una mancha oscura.
Buenos
días.
1 comentario:
Genio.
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