jueves, 2 de septiembre de 2010

Ahí está el detalle.


Hoy sentí cuando estabas juntando piedras del río. Hiciste visible la humedad. Le diste aroma al cristal inodoro del medio día. Le pusiste al silencio la sonoridad necesaria para que percutiera libre en la cuadrícula subliminal de una pantalla. Creaste un símbolo por encima del perro binario que ladra unos y ceros. Apareciste en forma de impulso electrónico. Convertirse la sombra del polvo en un pico nevado. Marcaste la diferencia entre mirar por descuido y observar detalladamente la conversión de la inercia en movimiento con sentido.
Y así, tan breve y tan tú, provocaste mi sonrisa. Y la de mi corazón, tan breve y tan tuyo. 

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