El ciclo del café levanta una curva. Un sorbo negro y dulce se expande sobre el león marino de la lengua. La imagen del calabozo se desmaterializa en soles que son diminutas poluciones de luz. Los magos negros resistimos bajo la lupa quemada de unas gafas. De pronto cerramos los ojos como embalses a punto de desbordarse. Requerimos la ceguera, su venda presionando nuestros párpados. No queremos tener morusas de pájaros incendiados sobre la palma de la mano. Deseamos con furia la piedra sombría que yace bajo tierra. Una chimenea de palabras humeantes. Queremos beber café en sábado y que nadie nos joda.
De todo un eco
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Un libro que te regrese a tu vida, que se entreteja en tu respiración. Que
se imprima en tu DNA. Que te entregue todos los capítulos y te ceda las
llaves d...
Hace 6 años