domingo, 30 de agosto de 2009

debilidad....

Mi debilidad por la filosofía proviene de su capacidad de confundirme. Todo en ella es tan inútil que me resulta imposible no apasionarme por algo que en realidad no existe y no interesa a nadie. Sin embargo es preferible intrigarme con los conceptos Zubirianos, que con las preocupaciones enfermizas de más de algún mortal.

No llegar a nada y sin embargo llegar mejor que cualquiera, he ahí la virtud del filósofo y quizá también, la del poeta.

2 comentarios:

Adrián Naranjo dijo...

"No llegar a nada, pero llegar mejor que nadie"
La simple y seca realidad de nuestras palabras petiforro. Nada que hacerle.
Abrazo.

Aquí su pendejo dijo...

así es Cronco...