miércoles, 29 de julio de 2009

apuntes sobre el arte


Antes que nada, el artista: ese destetado prematuro, productor de mamadas. Les hemos regalado el mote de “sensibles” cuando más bien son desenfocados. Sensibles los quemados. Luego, el arte: remedo de cura para una enfermedad pediátrica. Más que arte, artificio. Después el espectador: peregrino vulgar de la moda, pepenador de falsas identidades. Un fanfarrón sin vida en busca de aventuras y mundos apenas más soportables que el suyo. En un rincón de la comedia “la obra”: artificio sin valor real, despojo técnico de ocurrencias. En una zona, la pretensión simbólica; en otra, el quiste significador; ambas, argucias pueriles para embaucar a mentecatos. El efecto: el de un mojón que atrae a las moscas, el de la ilusión óptica, el del prejuicio y por encima de todos, el snobismo.

En cada “obra” muere el arte y emerge el gruñido de un inválido. Triste verdad para dioses que arrastran los nudillos.

2 comentarios:

Adrián Naranjo dijo...

Y precisamente, estaba invitado a una exposición hoy, les voy a re-direccionar este...
Ja! y luego porqué no hago amigos acá!
Saludos petiforro!

Aquí su pendejo dijo...

jejejej
asume con orgullo tu desprecio a la falacia del mundillo cultural...