Estábamos cerca de encarnar un ideal. Entonces nos detuvimos a respirar. Conforme el aire llenaba nuestro pecho nos brotaron piedras que fueron creciendo hasta volvernos un risco. No nos dimos cuenta de que, siendo aire, solo nos faltaba el viento para girar, labrar las montañas, detallar riscos, pulir cimas, y no volvernos otra piedra, otro ideal presuntamente indestructible, pero carente de vida.
De todo un eco
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Un libro que te regrese a tu vida, que se entreteja en tu respiración. Que
se imprima en tu DNA. Que te entregue todos los capítulos y te ceda las
llaves d...
Hace 6 años
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