Ahora, él se desliza por debajo de algo.
Ahora no es ahora.
Tampoco es ayer ni mañana.
Deslizarse es contemplar.
Contempla una mota de polvo, maúlla bajo su peso.
Desempolva, limpia, desdobla, despliega, orea.
Realiza.
Esas palabras no distinguen tempestad.
Esa tempestad no tiene atmósfera.
La atmósfera es un llano delicado:
persiana descorrida
viento
un paseo incierto
una vuelta.
He ahí, él.
De ojos abiertos
sin el sedante habitual
demasiado vivo para sorber otro café
demasiado café para fumar
humea
le llama vida a la trenza negra ascendente
y sube.
Quizá más allá pueda contemplar.
Ahora se desliza.
Es.
De todo un eco
-
Un libro que te regrese a tu vida, que se entreteja en tu respiración. Que
se imprima en tu DNA. Que te entregue todos los capítulos y te ceda las
llaves d...
Hace 6 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario