domingo, 8 de noviembre de 2009

Recuerdo mis caídas
las veces que pensé volver la mirada para ver
el pan nuestro de cada indigestión

las sábanas como dunas
distendidas
sin un ápice de viento

la oscura discreción con que el silencio
va sellando las puerta
y detiene todo

Recuerdo el cielo
o la idea del cielo
bajo la cual me tendía para mirar el infinito
y cultivar estrellas en mis labios

-ahí el alma fulgía
en el resplandor
de lo divino-

formé universos
galaxias de amor
ardientes nebulosas
agujeros negros

hoy cuelgan del sendero
diversos avisos:
calle cerrada
obra clausurada
negocio en quiebra
desvío a quinientos metros

y no puedo caer
ni recordar más mis caídas.

1 comentario:

Adrián Naranjo dijo...

Que chingón.
Conste que lo leí después de escribir el mío.
Abrazo petiforro.