Eventualmente tendré que salir. Y quedará lo que deba quedar. Dos sillones gemelos. Diez plantas. Las paredes lisas y blancas. Los botes de basura llenos. Un botellón de agua bonafont con un trago. La copa de vino donde me serví yogurth.
No es que quiera salir, ni quedarme. Sufro punzadas en el cuerpo. Los ojos se hunden. Ahí viene otra anécdota que contar respecto a los días sin días ¿Habrá sido esa llamada el switch de mi fiebre?
Miro atrás.
Claudine Longet; We´ve only just begund.
La amable explosión esta
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La lenta, casi imperceptible marcha de todo continúa en sus revoluciones y
sus inescapables giros. No hay manera de saber cómo, pero es ineludible el
he...
Hace 3 años
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