domingo, 14 de marzo de 2010

Domingo de mirada más bien pitera

Si dos de cada tres veces que pienso en lonches de queso brie hiciera esa mirada -sí, la de hace unos minutos- estoy seguro que seguiría sin comerlos desde aquella tarde en 1982. El tema no eran los higos que junto al queso y ese pan elegido dionisiácamente por las manos de no sé quién, conjugaron el cielo de las baguettes de queso brie con higo.
No. El tema tampoco era dionísios; estúpidamente usado por mí como adjetivo para resaltar la elección del alimento a menos de no sé quién. El tema tampoco fue no sé quién, porque ahora que realmente lo pienso, no sé, si no sé quien, alguna vez fue un quién; o si yo he sido un quién; o si usted es un quien; o quién es quién, carajo.
No. El tema a veces es ese que se ve ahí, en la mirada misma. Eso debería decirlo todo. Eso. No yo. La mirada. No mi té chino con esencia jazmín. No el hecho de que ya no fumo. Ya nada.
No.
Ni la calandria.
No.
Nada de eso.