Mis días no volvieron a ser los mismos desde que te desinflaste. Nadie como tú me leía en aquellas largas noches de insomnio. Tus cafés capuchinos siempre fueron los mejores. Lavabas mi ropa sin deshilarla.
Hiciste todo diferente, incluida la sopa de letras.
Te extraño mamá.
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