Antes de la piel, el pigmento de lo eterno. Pellizcos en la mirada. Contusiones de solaz guacamaya urbana. El amanecer es un timbre postal, tarjeta sin destinatario que viaja sin llegar. En la horma del cisne, lo blanco es inquietud. Bate alas, bate balas; un minuto de silencio, un callejón con rostro de paredón, el destino tejiendo un manto de sepulcros: diacronía.
La amable explosión esta
-
La lenta, casi imperceptible marcha de todo continúa en sus revoluciones y
sus inescapables giros. No hay manera de saber cómo, pero es ineludible el
he...
Hace 3 años
1 comentario:
Aqui si te me pusiste muy críptico petiforro; me pasó por arriba demasiado rápido.
Abrazo
Publicar un comentario