Quería tener siete vidas y un gato. Que las plantas regaran el cielo. Tener el poder de despertar al café y no lo contrario. Desarreglar las cosas. Desandar los caminos. Desaprehender. Lo que quise lo tuve y aún más. Transfiguré lo tocado. No dejé esencia viva. Acumulé accidentes. Reinventé abismos. Fui.
Hoy amanecí con la distancia impresa en los pasos. Con la vida derecha y no al envés. Hoy seré otro que se levantó de la cama y le dijo adiós al sueño ajeno.
Así las cosas.
La amable explosión esta
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La lenta, casi imperceptible marcha de todo continúa en sus revoluciones y
sus inescapables giros. No hay manera de saber cómo, pero es ineludible el
he...
Hace 3 años
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