La idea sirve para coser el tejido humano sin dañar la carne. La acción funde la carne, desdibuja la idea y sella el destino. Hombre y palabra se acompañan en un viaje llamado soledad. La vida es música, y la existencia es un juego de silencios donde el espíritu y la razón, una voz en off. ¿Quién habla? ¿Desde dónde habla? ¿Cómo habla? ¿Qué quiere decir? ¿Quién escucha? ¿Cómo intelige? ¿Cómo responde?
Una dialéctica del vacío intermedia entre el ser y la vida. Las semánticas no son puentes, son mapas centelleantes en la noche universal. Unos y otros miran ese cielo que se prende y apaga. Ahí radica la ceguera y también la luz y la estela y el flujo.
La idea sirve para que este viaje no cese.
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