No hay azar, hay colibríes. Hay tú, sentada en un tiempo verde. Hay junio. Hay memoria del cuerpo que, tras su reencarnación, sobreviene en millones de vértigos. Hay sombras que no terminan de teñirse de distancia. Hay un país con nombre de bruma cayéndose en mis dedos. Hay carreteras que se adueñan brevemente del destino. Hay horas fugaces colgadas de un satélite. Hay señales de un cielo que desciende y se aleja: calca de un mar que se agita invisible en el parpadeo.
Hay esto que somos y no queremos definir. Esto que pasando, se nos queda.
4 comentarios:
hay abundancia
hay carencia
hay mar
eterno esperar y eterno regresar
y a mí la vida me pone el alma en un hilo
y el mar
me corta la respiración.
uuuuf...buenazo...!
gracias
ay! Lo que hay.
Hay un suspiro, eh?
Gracias.
Hay muchos, perfectamente dados.
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