Tenemos el corazón barnizado. Tenemos por río una piedra que se desliza hasta perderse de vista. Sobre nosotros nada crece, ni se agita. A los lados, la muerte es plana. La voz es cóncava y la palabra una escama imprecisa.
Tuvimos nada.
Eramos solos.
Allá vamos: al aquí.
La amable explosión esta
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La lenta, casi imperceptible marcha de todo continúa en sus revoluciones y
sus inescapables giros. No hay manera de saber cómo, pero es ineludible el
he...
Hace 3 años
3 comentarios:
Y tenemos que morir para descubrir que puede ser diferente
Y en ese morir: renacer.
Quiero morir. Otra vez.
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