sábado, 8 de enero de 2011

Creo que esto es una canción.


Quieto en la ausencia, la ciudad está pasando y en ella en paz no ando. Vestido de nostalgia, sin un para qué, regreso a la idea de que alguna vez, mi mente te tuvo cuando tuvo un porqué. 
Pero no estás, eres sólo un destello de la voz que fue un bello diluvio de sed. No está mal que así sea, no está bien que no sea retrato y refugio en la piel. Es la orilla y la herida, es la vida sin vida, el murmullo que no quiero ser.
Hoy me pongo en tu nombre un vestigio de hombre, un secreto de pena en la pena secreta que no quiso ser. Y no sé, si el silencio me brinde un pronombre o me rinda en silencio al ayer.
Fue, una ola de piedras. Fue, un camino de hiedras. Fue la vida y fue su revés.  

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