No estamos a salvo. Un piso del mundo se desploma por segundo. Miradas se agrietan en el asfalto; áridas de tanto no ver. El tiempo se dobla de un dolor de horas que, tarde o temprano terminará bajo una tumba. Nadie va a rescatarnos. No habrá primeros auxilios para el sol que arde y se extingue. No alcanzarán las plegarias para replegar al mar, cuando avance sobre tus tobillos.
Ninguna lágrima va a redimir nuestra ansiedad. Ninguna ansiedad va a redimir el alma. Ningún alma va a redimir otra alma. En el sedimento de un sueño se leerá una frase "Hubo una vez". Nacerán panfletos, arengas y visiones. Quizá nos lloren.
Pero no corazón, yo no voy a esperarme al "pudo ser"; sabiendo que soy, te voy a ser. Si no, cómo pues.
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