Cuando se topa con una definición voltea la cara y dice “Mejor mátame”. Nadie ha podido tomarla de la mano y decir “vamos de la mano”. De inmediato se suelta y piensa “Ni me llevan, ni llevo, mi pie no es ancla, ni raíz de nada ni nadie”. Una vez le dije “Lo nuestro es un tal vez”, mientras arrancaba del tiempo un turno para eternizarnos. Me miró y corrigió: “Lo nuestro, tal vez es un quizás”. Después de su definición no dije más, la incertidumbre había terminado.
La amable explosión esta
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La lenta, casi imperceptible marcha de todo continúa en sus revoluciones y
sus inescapables giros. No hay manera de saber cómo, pero es ineludible el
he...
Hace 3 años
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